La Pedro Ximenez, es una variedad de uva blanca adaptada a las condiciones climatológicas y de cultivo del Sur de España, es la empleada para el Ximénez-Spinola . Su porte es semierguido, no es bellosa y está poco pigmentada. El color caoba de nuestro vino, se adquiere, en parte, mediante la pasificación por exposición al Sol, a la que nosotros llamamos “soleo” y en parte por la oxidación en la barrica.
Descubre la excelencia de la fermentación lenta en Ximénez Spínola. Sumérgete en la tradición y calidad de esta bodega, donde el proceso de fermentación lenta en barricas de roble francés revela vinos únicos. Su distintivo color oro y sabores intensos te transportarán a un mundo de deleite sensorial. Embárcate en un viaje apasionante junto a Vinorema, que te invita a descubrir el fascinante universo de Ximénez Spínola.
Descubre los beneficios destacados de la fermentación lenta en los vinos de Ximénez Spínola, una técnica que aporta una calidad excepcional y un sabor único a sus productos.
La fermentación lenta es un proceso meticuloso que permite una transformación gradual de los azúcares presentes en las uvas en alcohol. Esta técnica requiere más tiempo y cuidado, pero los resultados son inigualables. La fermentación lenta desarrolla sabores más complejos, aromas más intensos y una textura sedosa en los vinos.
Ximénez Spínola es sinónimo de tradición y excelencia en la fermentación lenta. Esta reconocida bodega ha perfeccionado la técnica a lo largo de los años, combinando el conocimiento ancestral con la innovación para ofrecer vinos de calidad excepcional. Cada botella es el resultado de un trabajo apasionado y dedicado.
Un aspecto clave en la fermentación lenta de Ximénez Spínola es el uso de barricas de roble francés. Estas barricas permiten una crianza cuidadosa y controlada, lo que contribuye al desarrollo de una complejidad aromática única en los vinos. El roble aporta notas sutiles de vainilla, especias y un equilibrio perfecto al producto final.
En Ximénez Spínola, el distintivo color oro de sus vinos es una característica fundamental que los hace únicos y deseables para los amantes del buen vino. Este color intenso y brillante es un indicador de la excelencia de la fermentación lenta que se lleva a cabo en la bodega.
El color oro intenso que encontramos en los vinos de Ximénez Spínola es resultado de una combinación de factores.
La fermentación lenta, llevada a cabo en condiciones óptimas de temperatura y tiempo, contribuye significativamente al desarrollo del característico color oro en los vinos de Ximénez Spínola. Durante este proceso, los azúcares se transforman en alcohol de manera gradual, permitiendo que se produzcan reacciones químicas que intensifican el tono y aportan matices únicos.
La crianza en barricas de roble francés también juega un papel fundamental en el color de los vinos de Ximénez Spínola. Durante este periodo de reposo en contacto con la madera, los vinos adquieren otros matices y tonalidades complejas que enriquecen aún más su color oro característico. Los taninos presentes en la madera se integran delicadamente, proporcionando una estructura equilibrada y una experiencia sensorial excepcional.
Los vinos de Ximénez Spínola destacan por la riqueza y complejidad de sus sabores. Cada sorbo ofrece una experiencia sensorial única, donde se combinan notas frutales, especiadas y tostadas. La fermentación lenta permite que los aromas se desarrollen de manera gradual, aportando una intensidad y equilibrio excepcionales a cada vino.
La crianza en barricas de roble francés es uno de los secretos detrás de los sabores diferenciadores de Ximénez Spínola. El roble aporta elegantes notas de vainilla, cacao y ahumados, que se entrelazan armoniosamente con los matices propios de la fermentación lenta. Este marriage perfecto entre la madera y el vino crea una sinfonía de sabores que cautiva los sentidos.
El resultado de la fermentación lenta en Ximénez Spínola es un auténtico oro líquido en cada copa. Estos vinos presentan un color dorado radiante, reflejando la meticulosidad y dedicación en el proceso de elaboración. Con cada sorbo, te sumergirás en un mar de notas cálidas y seductoras que te transportarán a un mundo de placer y sofisticación.
Sumérgete en la rica historia y tradición de la prestigiosa bodega Ximénez Spínola. Con casi tres siglos de experiencia vinícola, esta familia de apasionados viticultores ha preservado sus conocimientos y técnicas a lo largo de las generaciones.
Descubre los secretos que hacen de la fermentación lenta en Ximénez Spínola un proceso excepcional. Con meticulosa dedicación, se cuida cada detalle para lograr vinos únicos y de calidad que seducen a los paladares más exigentes.
En Vinorema, nuestra pasión por Ximénez Spínola es inquebrantable. Nos comprometemos a brindarte una experiencia sensorial incomparable, compartiendo contigo la magia de estos vinos elaborados a través de la fermentación lenta. Nuestro equipo se esfuerza en seleccionar cuidadosamente cada botella que llega a tus manos, para que puedas disfrutar de la excelencia enológica que caracteriza a Ximénez Spínola.
La deshidratación natural, aumenta en términos relativos, no solamente los azúcares, sino también los ácidos y sales minerales, que permiten que a pesar de su densidad natural, el vino que se obtenga con el paso de los años, no resulte pesado al paladar. Una vez que el vino llega a la bodega, empieza a desarrollar “vida propia” dentro del tradicional sistema de “criaderas y solera” propio del marco de Jerez. Este peculiar método de crianza, no es más que un continuo “blended”, de vinos de diversas edades que van descendiendo peldaños dentro de una estructura escalonada en la que disponemos nuestras barricas de roble americano. Aquí solamente el tiempo tiene la palabra, para decidir cuales son los vinos que van a ir poco a poco alcanzando niveles de mayor vejez o calidad. Una vez en la “solera”, nuestro Comité de Cata y Calificación selecciona los vinos que van a ser finalmente distinguidos con el sello de “Ximenez-Spínola”. Si se conserva de forma adecuada, nuestro vino puede mantener intactas sus características durante muchos años incluso décadas. Debe catarse a una temperatura aproximada a los 14º. Una vez servido, es conveniente airear el catavino para apreciar su complejidad aromática y plenitud organoléptica. Se observará cómo los aromas torrefactos están plenamente integrados con el recuerdo de las uvas pasificadas. Luego se mostrará intensamente dulce y aterciopelado al paladar, con una sutil nota amarga, propia de sus años en contacto con la madera. Aunque sea frecuente como vino de postre, los primeros sorbos deben tomarse solos, para apreciarlo en plenitud sin alterar su bouquet. La experiencia será muy grata, persistente y difícil de olvidar Por ello, rogamos que si una de nuestras botellas llega a sus manos, se cuide y disfrute del vino que contiene como si de algo íntimo se tratase, nosotros lo hemos hecho así durante años, y con él se va una parte de nuestras vidas.
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